sábado, 8 de marzo de 2014

Mujer, más acciones y menos saludos.

Este artículo de Patricia del Río me hace ratificar que este día no se trata de saludos, se trata de acciones, de generar más conciencia sobre la situación de la mujer en el Perú y el mundo.  Este día no celebra nuestra hermosura, sino que recuerda que aún debemos seguir luchando por un mundo con mayor equidad de oportunidades. 


PATRICIA DEL RÍO . Periodista . (El comercio)
Si eres mujer y vives en el Perú, hay más probabilidades de que tu padre te muela a palos porque te encontró haciendo el amor con tu enamorado. Le ocurrió el 5 de febrero a una pobre adolescente que terminó en un hospital y le puede ocurrir a cualquier otra, mientras se siga considerando que la iniciación sexual vuelve a las chicas putas y a los chicos héroes.
Si eres mujer, vives en el Perú y tu marido se largó con otra sin tomarse el trabajo de haberse divorciado de ti, pues él podrá rehacer su vida y tener los hijos que quiera con su nueva pareja y podrá inscribirlos como fruto de su nueva unión sin ningún problema. Pero tú no, porque la ley indica que mientras exista el vínculo del matrimonio los hijos que tú tengas con tu nueva pareja son de tu marido (no importa si se largó), y para que el padre biológico los reconozca te espera un enmarañado proceso legal.
Si eres mujer, vives en el Perú y te vas presa, te tengo una mala noticia: no recibirás visitas conyugales. Si bien el Estado reconoce que es un derecho de toda persona privada de su libertad, resulta que en el penal de Lurigancho los presos sí reciben en venusterios a sus esposas, pero en las cárceles de mujeres, las visitas íntimas no se autorizan y las chicas se quedan con las ganas.
Si eres mujer, vives en el Perú y te violan, llegarás a un hospital Estatal y ya no te darán la píldora del día siguiente para evitar un embarazo indeseado porque el TC ha prohibido que se entregue gratuitamente en dependencias del Estado. Y si no te alcanza para comprarla, pues tendrás que cargar con el hijo de una brutal agresión.
Si eres mujer y vives en el Perú, escoge a nueve mujeres y míralas a los ojos: seis de ellas sufrirán violencia psicológica y por lo menos dos serán víctimas de violencia física sistemática por parte de su pareja.
Si eres mujer, vives en el Perú y trabajas fuera de tu hogar, no importa cuán buena seas, lo más probable es que tu sueldo sea un tercio menor que el de cualquier hombre que realiza la misma labor que tú. 
Si eres mujer, vives en el Perú y postulas a un trabajo, tus futuros empleadores analizarán si estás en edad reproductiva y probablemente te pregunten si tienes ganas de tener (más) hijos para ver si te contratan a ti o al patita de al lado (al que no le importa si lo esperan nueve niños en casa o si planea tener nueve más).
Si eres mujer, vives en el Perú y entran a robar tu casa, rezarás para que no te violen. Si el taxi toma una ruta rara, rezarás para que no te violen. Si te trepan a un auto para sacar plata de tus tarjetas, rezarás para que no te violen. Y si se suben al bus interprovincial en el que viajas para asaltar a los pasajeros, rezarás para que no seas tú la elegida para el banqueteo sexual. 
Si eres mujer y vives en el Perú, tendrás más probabilidades de ser pobre, de no terminar la escuela, de carecer de DNI y de ser maltratada. Así que no me importa si estás leyendo esto y tienes la suerte de ser hombre: este sábado 8 de marzo a ti también te toca luchar para que todos tengamos las mismas oportunidades. Solo eso, las mismas oportunidades. 

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