lunes, 15 de agosto de 2011

Hijos del río

Hace unos días Teobaldo me contó una historia de esas que me gustan escuchar. De esas que me hacen sentir el “Le creí, no le creí”.

“En una comunidad a tres días de Pucallpa, alguna vez vivió Asencia Valle la mujer que tuvo trece hijos, de los cuales seis fueron con el bufeo colorado.

Desde que tuvo 8 años Asencia estaba destinada a casarse con Roberto Ruiz. Los padres de ambos lo habían dispuesto de esa manera una noche de cacería en la que se sentaron a descansar frente al río.

La unión entre ambos se dio cuando ella tenía 15 y él 20, a los nueve meses de este encuentro nació Eliseo y casi al año nació Amadea. Los 4 vivían bien y tranquilos, sin lujos, pero con fuerza. Al poco tiempo  vinieron al mundo Teo y Zoila dos gemelos rosados y rubios, al verlos nadie en la comunidad se cuestionó el origen de esos niños tan diferentes, porque apenas salieron de Asencia supieron que esas dos bolas rosadas no eran de Roberto, eran del bufeo colorado. Esa era la única explicación lógica que existía y con esa afirmación terminó para siempre la paz de Roberto y su familia.

Por más de 6 meses el principal rumor en toda la parte de arriba del río era sobre el bufeo que se había enamorado de Asencia, de cómo este le hacía el amor en sus sueños y de los dos pequeños como resultados de esa unión inconciente. Roberto no pudo más con los rumores ni con la idea de compartir a su mujer, así que se la llevó a una comunidad aún más lejos, pero aún así no pudo librarse de este ser y Asencia dio a luz a otro pequeño rosado de ojos azules y pelos blancos. 

La huída siguió por todo el Ucayali, Roberto llevó a Asencia a todos los curanderos y brujos de la amazonía con la esperanza de que alguno de ellos pudiera por fin alejar al ser de agua dulce. Nadie parecía conseguirlo, hasta que por fin en un lugar llamado Nueva Tierra Colorada una viejita que llevaba unos mil años encima, logró engañar al bufeo recogiendo 10 gotas de la esencia de los tres pequeños y Asencia. Puso la esencia de cada uno en unos frascos y las envió secretamente a la zona baja del amazonas, haciendo que el bufeo emprendiera una búsqueda sin salida.

Por siete años Asencia y Roberto vivieron tranquilos, tuvieron 5 hijos más y formaron una gran familia. En Nueva Tierra Colorada estaban acostumbrados a ver a Teo, Zoila y Cledia nadar por horas en el río, cada vez que alguien perdía algo en las marrones aguas que rodeaban la comunidad, los encargados de encontrarlas eran estos 3 pequeños, porque se dice que podían respirar bajo el agua y dar órdenes de todo tipo a todos los seres del río. Además desde su llegada el pueblo había tenido las mejores épocas de pesca en muchos años y por eso, en la comunidad, estaban agradecidos de su presencia. Así pues, la “extraña” familia era bienvenida y querida y por ello habían logrado pasar por uno más aunque no fueran uno más.

Los tiempos de tranquilidad mental para Roberto terminaron cuando al séptimo año Asencia volvió a traer al mundo a tres niños más. Otra vez estos no eran como él, no tenían sus ojos rasgados, ni su piel de caoba. Eran todo lo contrario, nuevamente estos 3 niños eran rosados, rubios y de ojos azules. Roberto no entendía, nuevamente recurrió a la viejita que llevaba los mil años encima, pero esta le dijo que la única forma de alejarse de él era volviendo a huir, era dejar la selva y cambiarla por los desiertos, ir a algún lugar sin agua y lo más lejos posible. Asencia al escuchar esto perdió la razón y decidió, secretamente, entregarse al bufeo colorado, así que un día de amarilla luna llena se entregó al río, se encontró con el bufeo y partió con él a los mundos escondidos de esas aguas misteriosas.

Roberto al no encontrarla al día siguiente emprendió su búsqueda, pero esta desistió cuando a los dos meses sus hijos que no eran sus hijos se lanzaron al río para también nunca más volver. Ahí entendió a dónde había viajado Asencia y no pudo hacer más que admitir e intentar superar su dolorosa derrota." 

Le creí y no le creí a Teobaldo hace unos días cuando me contó esta historia... Al ver mi cara de duda e incredulidad me mostró un manojo de fotos sepias y casi destrozadas de los niños bufeos, de Asencia, Roberto y sus siete hijos. Al rato de enseñármelas me dijo, "Este soy yo, el menor de los hijos de mi padre y de mi madre, de Asencia Valle y de Roberto Ruiz. Yo soy Teobaldo Ruiz Valle y Teo, Zoila, Cledia, Pedro, Amelia y Janeth fueron mis hermanos, mis hermanos bufeo."

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