Pucallpa nos recibió con uno de los cielos más increíbles que he visto, mientras estábamos en el avión se veía una línea rojo incandescente y encima de ella celestes, turquesas y verdes. Al ver eso uno tiene que pensar que lo que te espera al bajar es mucho mejor.
Después de una hora con 10 minutos en el avión (medio de transporte al cual le tengo ligero pánico) aterrizamos en esta ciudad/pueblo y sin ver mucho emprendimos rumbo hacia la UNIA (Universidad Intercultural de la Amazonía), y vaya que no me esperaba lo que he visto. Este lugar es hermoso, es una ciudad universitaria en medio de la selva, hay muchas cabañitas que dan a una laguna inmensa (ya tomaré fotos) esta rodeada de bambúes, palmeras de aguaje y seguiría enumerando las plantas pero en verdad esas son las únicas que reconocí.
Nosotros nos estamos quedando en una cabañita que da directo a la laguna, tiene un pequeño balcón perfecto para leer mientras escuchas a los delfines de río salir a respirar. Ya oscureció y mientras escribo esto escucho esos sonidos tan misteriosos de la selva, todavía me afecta el aire denso y soy víctima de los mosquitos, pero afirmo que no puedo estar más contenta de estar en este lugar, estoy más que segura que lo que voy a aprender acá será para la vida.
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